La evolución de la temporalidad en los niños consta de diferentes etapas:
De 0 a 2 años: En esta etapa la percepción temporal está asociada a las necesidades biológicas. El bebé toma conciencia de las nociones básicas de mañana, tarde o noche en función de sus tiempos de sueño o alimentación.
De 2 a 6 años:
Desde los 5 o 6 años: A partir de este momento, y una vez adquiridos los conocimientos básicos de “orden” temporal, se debe empezar a trabajar sobre la “duración” para que el niño aprenda las unidades convencionales de tiempo.
Para ello podemos utilizar las siguientes actividades:
Enseñar las partes del día: Para enseñar estos conceptos podemos utilizar elementos característicos de cada una de estas etapas del día. Por ejemplo, el sol en el día, la luna y las estrellas en la noche. También podemos asociar actividades que se realizan en el día con este momento de la jornada, y asociar actividades que se realizan por la noche para enseñar este momento del día. Estas actividades le ayudarán a los niños a comprender mejor cada uno de los conceptos.
Antes-ahora-después:
Ayer-hoy-mañana: